ESPAÑOLES POR EL MUNDO:

 

Existen historias complicadas de contar por el riesgo de no estar a la altura. Uno de esos casos es el que ocurre con este relato. Su protagonista es una española que en 2009 tuvo un sueño: “Soñé que todos estábamos bien, felices en un sueño de un mundo mejor, un mundo más justo, un mundo más feliz. ¡Que sueño tan maravilloso!”

Estas palabras son parte de la historia de la Fundación Carpio Pérez, una ONG que surge con el objetivo de lograr que los niños y adultos desfavorecidos de Tanzania tengan una vida digna, llena de esperanza y propósito.¿Que quién es su fundadora? María Carpio Pérez, una salmantina de 41 años de la que podrían decirse muchas cosas: vivió en Londres durante 15 años, trabajó en la Bolsa de la capital londinense, lo que le permitió llevar una vida cómoda, estuvo nominada al XV Premio Tierno Galván a la Solidaridad y Valores Humanos y obtuvo el premio especial de Cruz Roja, en la XV edición “Premios Solidaridad 2010”. Pero sobre todas estas cosas, María lo que realmente quiere que se sepa de su trayectoria es que la Fundación, después de varios años de duro trabajo y esfuerzo, ha logrado levantar “un cole para 94 nenes masai.¡Es un pasote!”, nos cuenta la protagonista.

 

Esta “masai blanca” confiesa que cuando tomó la decisión de romper con todo lo que había sido su vida anterior dijo a su familia que se marchaba “para tres meses”, pero para entonces ella ya sabía “que no era cierto”. “Sentía que mi trabajo ya no me llenaba –añade-, no estaba contenta, y si me iba era ya para no volver”. María Carpio ha asegurado en más de una ocasión que este proyecto había estado en su mente “por mucho tiempo”, pero decidió hacerlo realidad después de una visita a Tanzania en un viaje solidario para escalar el Monte Kilimanjaro con el objetivo de recaudar fondos para combatir el cáncer masculino. Esta expedición le cambió la vida. “Durante este viaje identificamos la falta de apoyo a las ONG locales, así que decidimos crear una ONG para apoyarlas trabajando con ellas codo con codo, y poder poner en práctica sus proyectos existentes a la vez que desarrollar otros nuevos”, cuenta la salmantina, a quien no le importa asegurar que “siempre soñaba con tener un día las agallas suficientes para renunciar a todo lo que tenía y ayudar a los más necesitados, pero en nuestra sociedad es complicado tomar una decisión así”.

Los objetivos principales de la Fundación Carpio Pérez son la educación,salud, agua y saneamiento con la construcción de letrinas en hogares y colegios, y el desarrollo y mejora de las condiciones socio-económicas de la mujer masai. “Cuando una mujer masai se queda viuda es despojada de todos sus bienes, pero tiene que hacerse cargo de todos sus hijos.Nuestro objetivo es cambiar esa situación. Si la gente supiera todo lo que se puede hacer en este país con un euro o 50 céntimos se sorprendería. Con 3 euros puedes comprar una gallina y con poco más, un burro. Lo que cuesta una copa una noche es suficiente para mí para comprar comida”.

 

En una ocasión, María Carpio Pérez escribió: “Seguro que os preguntáis qué me motiva a estar fuera de Salamanca: La pasión por ayudar a los demás y mi tremenda fe y creencia en que todos merecemos una vida digna y un mundo mejor; la vida aquí es una lucha diaria contra la pobreza y las injusticias, lo cual hace que muchos días sean durísimos pero también es maravilloso ver que mi trabajo, durísimo, empieza a ver sus frutos y vamos consiguiendo que la vida sea un poquito mejor para cientos de personas”.

 

Los interesados en colaborar con esta ONG o en conocer un poco mejor la importante labor que aquí se lleva a cabo pueden hacerlo a través del enlace: www.fundacioncarpioperez.org